El paseo

Siempre salgo de casa a media tarde para dar un buen paseo con mi perro Buly, bueno y antes de Buly lo hacia con Tecla, con Choco, con Taro, con Dacla...
Como podéis ver el paseo con mis perros se remonta a muchos años atrás.
En otoño e invierno, a la hora que salgo el sol ya se ha puesto hace rato.
El cielo está claro y el aire fresco se siente en la cara y las manos.
Paso por mi colmenar para asegurarme de que todo está en orden, las últimas abejas se apresuran para entrar en su colmena, algunas con un cargamento de polen en las patas recogido en las hiedras en flor.

La senda que sigo sube bastante, empiezo despacio para ir calentando y pronto cojo un buen ritmo. Hace tanto tiempo que camino al atardecer que ya no miro al suelo, mis pies buscan los sitios seguros y puedo disfrutar del paisaje. Poco a poco me sumerjo en el bosque de pinos.
Cuando llevo caminando un rato me doy cuenta que lo único que veo es la oscura silueta de las montañas que me rodean. Por el Oeste el cielo sigue estando claro, miro hacia el lado opuesto y compruebo que la noche gana terreno. Veo una estrella casi imperceptible, me fijo un poco más y descubro otras que no se veían hace pocos minutos.
De lejos oigo acercarse una ráfaga de viento que viene abriéndose camino entre los árboles, veo como mueve las ramas de los más cercanos y noto en mi cara una agradable sensación de frescura.

Casi he llegado al punto donde acostumbro dar media vuelta, cuando el viento se calma, en el fondo del valle se oye el murmullo del arrollo y en la espesura del bosque canta una lechuza.
Levanto la cabeza, el cielo se ha vuelto azul oscuro, casi negro. Se ven muchas estrellas y se distinguen bien las constelaciones. Si estuviera aquí mi hermano Juan Antonio me diría los nombres de cada una de ellas.
Cuando empiezo a bajar todo es oscuridad a mi alrededor, solo oigo mis pasos y el corretear de Buly de un sitio para otro. Realmente es un momento mágico del que me gustaría no salir jamás. Si algún día me quedo que no se moleste nadie en venir a buscarme.

En una vuelta del camino se abre a mi vista el espectáculo de todo el pueblo iluminado, visto desde arriba me recuerda los belenes que hacía nuestro padre cuando éramos pequeños.
Empieza a sonar la campana de la iglesia, no es necesario que cuente, están dando las ocho. Todavía me falta media hora para llegar a casa. El camino ya es más ancho y las últimas revueltas bajan asta el nivel del arroyo. Aquí el aire es más frió todavía. Entro el asfalto y las primeras farolas rompen el hechizo haciéndome volver al mundo “civilizado”
Y mañana volveré a empezar.

Caza fotográfica

La Mantis religiosa es el insecto favorito de cualquier fotógrafo aficionado al macro, parece que le guste posar para la cámara y se deja fotografiar desde todos los ángulos.

 

aquí la podéis ver con su cara de pérfida en primer plano. Es el predador más cruel de todos los que conozco, en más de una ocasión las he visto con un insecto bien sujeto entre sus pinzas comiéndoselo poco a poco.

Extracción de la miel

Una vez que tienes en casa los panales cargados de miel hay que desopercularlos o sea quitar la tapa de cera que han puesto las abejas en los alveolos, para realizar esta operación hay varios sistemas pero a mi me gusta utilizar el más artesanal

cuando las dos caras del panal están desoperculadas los colocas en el extractor que es una centrifugadora que hace girar los cuadros y la miel se almacena en un depósito que se llama madurador, como puede verse en la foto los moscones golosos acuden

enseguida la miel se deja reposar una semana para que las pequeñas burbujas de aire suban a la superficie y la espuma que se forma se quita con una espátula

despues puedes empezar a consumir tu miel completamente natural y sin ningún tipo de aditivos ni manipulación, siempre y cuando los moscones dejen algo para ti.

Caza fotográfica

La mirada de una mariposa posando familiarmente para mi cámara


A juzgar por el tamaño de la naríz este gorgojo debe ser tan mentiroso como Pinocchio


Yo diría que esta libélula le sonríe a mi cámara


La extraña mirada de un escarabajo de aspecto feróz


Un abejorro ocupado en aspirar el néctar de una flor


Mi hija Sara intenta imitarme pero esta veterana mariposa boicotea la foto posándose sobre su cámara

Cosechando la miel en mi colmenar de Ordino

Bonito colmenar de otros tiempos.

Mis dos ayudantes preparados para el trabajo.

Una buena colmena cargada a tope.

Este cuadro dará un par de tarros de rica miel.

Flores

Color de rosa

Majestuosa corona

Originalidad del color del vino

Perfección

Nacimiento de una malva

Esta Bola de estrellas es lo que queda de una bonita flor

Caza fotográfica

bonito escarabajo.

descansando en una flor.

mariposa de tonos azules.

una araña cuidando sus huevos

abeja en una amaplola.

En este periodo del año la vida lo invade todo.
No puedo resistir el captarla para mostrárosla tal como yo la veo.

Mis amigos los enanitos (continuación)

Tengo nuevas confidencias de los enanitos.
Durante el invierno no los había visto y les he preguntado donde estaban, a mi pregunta se han echado a reír y me han dicho:

- en invierno no estamos aquí, hace demasiado frió y tendríamos que vivir bajo la nieve, como ves la ropa que llevamos está hecha con pétalos de flores y la verdad es que no abriga mucho. Antes de que empiece el mal tiempo nos vamos a otro lugar donde haga calor.

- ¿y como os las arregláis para viajar?

- Verás, ¿sabes esos días en los que las nubes bajan hasta tocar las montañas? Pues nos subimos en ellas y nos dejamos llevar.

- y después ¿como hacéis para bajar?

- El primer arco-iris que vemos lo usamos de tobogán, es divertidísimo, mientras bajamos saltamos de un color a otro; nos encantan los colores.

- ¿y no necesitáis equipaje?

- pesa demasiado y en realidad no nos hace falta, al llegar lo primero que tenemos que hacer es buscar algunas setas donde vivir

- después vamos a recoger flores de todos los colores para hacernos la ropa de la nueva temporada; ves, estas son algunas de nuestras preferidas.

He intentado hacerles fotos pero no ha salido ninguna, creo que es casi imposible, como os decía son un poco transparentes y siempre están en la penumbra; solo en la foto del arco-iris se les ve ligeramente.

Escursión en Guadarrama

Tres sexagenarios haciendo camino.

La semana pasada fui a Madrid a celebrar el cumpleaños de mi madre y aprovechando la ocasión fui a dar un paseo con mi hermano Juan Antonio y su amigo Ramiro por el valle de La Barranca en la sierra de Guadarama.
Como siempre ando buscando bichos descubrí esta bonita tarantula que Juan Antonio fotografió para todos vosotros.

Salida fotográfica

Como he salido con la intención de fotografiar algunos bichitos incluyo esta simpática lagartija que me observa atentamente.

Cuando era pequeño me decían que era muy distraído y que me pasaba la vida mirando a las musarañas, os aseguro que para hacer esta foto hay que estar muy atento y ser un buen observador.

Mis amigos los enanitos

Si, las setas de los enanito existen y los enanitos también. Una vez, estando en el bosque tranquilamente sentado absorbiendo sensaciones con todos mis sentidos, con el rabillo del ojo percibí un movimiento fugaz, al girar la cabeza no vi nada, me quedé inmóvil y al poco rato unos cuantos salieron de sus escondites y volvieron a sus actividades habituales. Son diminutos y muy bonitos, no son completamente opacos, se trasparentan un poco, como si no estuvieran hechos de materia; al mismo tiempo son tímidos, curiosos y muy juguetones. Periódicamente volví para sentarme en el mismo lugar. Recuerdo a uno que cuando yo llegaba siempre lo sorprendía lejos de su casa, bueno mejor dicho, lejos de su seta, y para volver a ella tenia que pasar por delante de mi, al principio esto le daba mucho miedo y para darse confianza a si mismo cogía un palito y me miraba fijamente con aire amenazante, incluso alguna vez le oí murmurar que le daba unos sustos de muerte y que no entendía porque yo tenia que ir siempre a sentarme a ese sitio. Yo seguía como si nada mirándole de soslayo para no provocarle aun más. Poco a poco se acostumbro a mi y fue precisamente él quien me presento a todo su grupo, ahora son mis amigos y paso muchos ratos con ellos. Quien quiera conocerles está invitado a venir a mi bosque encantado y con mucho gusto le presentaré a todos los enanitos de la zona.

Aunque el mes de Mayo ha terminado con lluvia, viento, frío y nieve, las flores no han faltado, aquí podéis ver unas pocas de los alrededores de mi casa.

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cerezo, aguileña, geranio alpino

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lirio, diente de león, globularia

narcisos, violetas, guillomo

con estas y otras muchas mis abejas hacen la miel

(algunas no son meliferas pero también son bonitas)

El enjambre

Ayer hizo bueno por la mañana y por la tarde hubo nubarrones con tronada, al mediodía salió un enjambre que se posó en la parte alta de un viejo ciruelo que está frente a mi colmenar, lo que me obligó ha hacer las típicas acrobacias de siempre para poder capturarlo, no sé porqué les gusta tanto ese árbol. Estaba en un cruce de ramas y pude poner una colmena de cinco cuadros justo delante.

Con un poco de humo y algún empujoncito enseguida se puso en movimiento para entrar, como me encanta observar a las abejas de cerca, me acomodé en lo alto del árbol para poder asistir al espectáculo en primera fila e intentar ver la reina. Cuando capturo un enjambre procuro molestar lo menos posible a las abejas y por lo tanto estas van entrando con cierta calma.

A las ocho y media de la tarde estaba todavía encaramado en el árbol cuando empecé a oír a alguien que se acercaba paseando con su perro, pensé no moverme y dejarlos pasar, era una mujer que se quedó sorprendida al descubrir las colmenas, yo me encontraba a tres o cuatro metros por encima de sus cabezas sin hacer ningún ruido, ella las miraba ensimismada y no se movía, cuando su perro se acercó a una y empezó a olisquearla tuve que intervenir para evitar que las abejas le picaran, a él y a su ama. Lo peor fue que cuando abrí la boca para avisarla la pobre mujer se llevó un susto de espanto porque, como me dijo después, lo que menos se esperaba era que alguien estuviera a esas horas el lo alto de un árbol. Hoy el enjambre ha pasado a formar parte de mi colmenar y espero que la próxima temporada me de mucha miel.

La carreta de bueyes

Cada mañana aparecían subiendo muy despacio tirando de la pesada carreta y el hombre que los guiaba los hacia avanzar, unas veces pinchándoles con la punta de la vara y otras repitiendo una cantinela: “vamos Tanito vamos, vamos tira, tira Tanito tira”.

Eramos todos pequeños, pasábamos los ratos jugando delante de la puerta a la sombra de las acacias. Cuando aparecían, corríamos a la alambrada para verlos pasar. Era uno de los espectáculos grandes del día, ver aquellos cabestros enormes y sumisos unidos por el yugo pasando tan cerca que casi se les podía tocar. Yo sentía una mezcla de miedo y admiración, tú eras tan pequeño que no te puedes acordar, creo que todavía estabas en el capazo.

No se como fue, pero el caso es que alguien empezó a llamarte Tani, y enseguida se convirtió en tu sobrenombre.

Durante el paseo de la tarde con mi perro Buly me he llevado una mala sorpresa. Buly se quedó un poco atrás olisqueando entre la hierba y cuando le llamé, en lugar de venir se puso a ladrar para llamar mi atención, cuando fui a donde estaba delante de él había un lagarto ocelado en actitud amenazante con la boca abierta y dispuesto a defenderse, pero comprobé con tristeza que sangraba por un costado, tenía una dentellada y como no podía saber si la herida le afectaba el pulmón y tampoco me era posible curarle, le puse delante de un hueco donde se escondió enseguida. Quiero pensar que con el tiempo terminará por curarse. Era un bonito macho y aquí en Andorra he visto estos lagartos solamente en dos o tres ocasiones, tienen un tamaño un poco más pequeño que los que se ven por el resto de la Península pero eso no quita para que sean igual de bonitos e impresionantes.

He encontrado la colmenilla (en francés morille) más grande que he visto en mi vida, pesa sesenta y cinco gramos y mide catorce centímetros de altura. Hará un acompañamiento ideal para alguno de mis platos favoritos.

Un día especial

Hoy han ocurrido dos cosas interesantes.

Esta mañana he tenido el placer de dar una conferencia sobre las abejas, mi publico eran niños entre cinco y seis años, compañeros de mi nieta Ainhoa, pero no lo toméis a broma, han seguido la charla con interés y me han hecho un montón de preguntas interesantes, después cada uno ha hecho un dibujo en el que reflejaban todo lo que habían aprendido. Para mi ha sido una experiencia magnifica.

El segundo acontecimiento ha sido el poder contemplar la entrada del primer enjambre de esta temporada en una colmena antigua. He podido fotografiar a la reina (la podéis ver justo en el medallón) mientras hacia las fotos me he sentido envuelto por las abejas disfrutando de su contacto y de ese zumbido tan característico que producen miles de ellas volando todas juntas.